La ciudad marroquí de Tánger es atractiva y un punto de entrada muy apreciado por los viajeros. Es una próspera metrópolis de unos 950.000 habitantes situada en el extremo norte de la nación que sigue creciendo a un ritmo desenfrenado al tiempo que mantiene un ambiente cosmopolita. Es un lugar donde abundan los mitos, las leyendas y las historias. Según la mitología, fue fundada por Anteo, hijo de Neptuno, que le dio el nombre de «Tingis» en honor a su esposa. Según la historia, está habitada desde el Paleolítico. Cuando era una ciudad colonial, sirvió de fuente de inspiración a toda una generación de políticos y artistas.
Al igual que Marruecos, Tánger ha sufrido continuas oleadas de invasiones occidentales y orientales. Cartagineses, vándalos, romanos, fenicios, árabes y, más recientemente, españoles, franceses, ingleses y portugueses han habitado las costas de la ciudad.
Los hoteles, cafés y calles de la ciudad pueden presumir de haber acogido a Tennessee Williams, Samuel Beckett y Jean Genet. Las desenfrenadas fiestas de Malcolm Forbes y Barbara Hutton también se celebraron en sus palacios. Paul Bowles y Matisse se inspiraron en su misterio y su luz. Un viaje a Tánger fue para todos un acontecimiento único en la vida, y la ciudad blanca sigue asombrando y enamorando a los talentos creativos.
En el Estrecho de Gibraltar, Tánger se extiende como un anfiteatro con vistas al Atlántico y al Mediterráneo. Esta ciudad es una de las preferidas por los turistas que buscan recuerdos románticos por su ubicación, historia y servicios hoteleros. Tampoco es tan perjudicial como mucha gente cree.
No hay muchos lugares en el mundo con una fusión tan intrigante de las culturas africana y europea. Tánger, Marruecos y el cercano continente europeo se han beneficiado de diversos contactos gracias al mar Mediterráneo y a la corta distancia de 14,5 km que separa esta ciudad de Algeciras. Tiene muchos atractivos únicos. atractivos que pocos conocen y que, sin embargo, causan amor a primera vista.
Antes de viajar a Tánger, quizá le interese saber más:
A pesar de tener una de las mayores poblaciones, la ciudad es lo suficientemente pequeña como para recorrerla fácilmente a pie. Como prácticamente todas las ciudades marroquíes, Tánger está dividida en dos secciones. La Ville Nouvelle fue creada por los europeos a lo largo del siglo XX, y su corazón es la plaza de Francia. Por un lado, tenemos el casco antiguo o medina, que parte del puerto colina arriba.
Numerosas callejuelas serpenteantes repletas de tiendas y bazares locales conforman la medina amurallada. Tánger es similar a otras medinas marroquíes, pero también posee una cualidad única y particular que la hace destacar. Los numerosos cafés, tiendas, pequeñas pensiones y hoteles que han invadido la zona histórica de la ciudad han convertido estas laberínticas callejuelas de la medina en un hervidero de vida. Las atracciones de Tánger pueden verse cómodamente en uno o dos días.
El Gran Zoco o la plaza del 9 de abril de 1947 son lugares dignos de visitar durante su estancia en Tánger. Entre la medina y la parte nueva de la ciudad, hay una gran plaza que acaba de ser renovada. Es un lugar excelente para reflexionar sobre la bulliciosa vida de la ciudad. Los puestos originales del mercado se han trasladado a las calles cercanas, y esta zona, que solía ser el mercado tradicional, está ahora repleta de cafés. En esta plaza se encuentra la mezquita de Sidi Bou Abid, construida en 1917 y con un impresionante minarete de azulejos policromados.
Muy cerca de esta zona, en una calle paralela, se encuentran el mercado de zapatillas y la iglesia anglicana de San Andrés, dedicada en 1905 después de que Hassan I concediera algunas propiedades a la antigua comunidad británica de Tánger. El estilo andaluz es una de las muchas mezclas de estilos que componen su interior. Hay un cementerio anexo a esta capilla donde están enterradas algunas personas notables.
Aunque a primera vista pueda parecer una plaza básica, el parque de Mendubia está cerca y ofrece un apacible retiro del ajetreo de los zocos y la medina. Es un lugar excelente para apreciar Tánger y la cultura y modo de vida marroquíes. En la entrada del parque hay un arco con una inscripción en árabe. En este parque hay varios árboles y plantas exóticos, entre ellos un baniano de casi 800 años.
Paseando por la rue des Siaghins, conocida por sus tiendas de artesanía, llegamos a una iglesia católica. Por cierto, el término Siaghins hace referencia a la industria que históricamente desarrollaban sus mercaderes, es decir, los plateros. La Iglesia de la Inmaculada Concepción es un edificio católico que data de 1880 y tiene una fachada de clara influencia oriental. El Dar Niaba, una antigua mansión de estilo renacentista que albergó la legación francesa, así como la oficina del Naib (representante del sultán), antiguo consulado francés, se encuentra en el número 41 de la calle. A continuación, el boy Market (pequeño mercado), también conocido como zoco Dakhil, es el centro de la ciudad mediterránea y uno de sus lugares más atractivos y característicos Una cafetería de viajes y un hotel rodean la plaza de estilo español, que cuenta con balcones y barandillas de hierro forjado.
Muy cerca se encuentra la antigua legación estadounidense, que estuvo allí durante más de un siglo y data de 1821. En la actualidad alberga muebles antiguos, discos, imágenes, mapas y otros objetos de la época de esplendor de la ciudad. Los lunes, miércoles y jueves, de 10.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 17.00 horas, es el horario de visitas. El adyacente Museo de la Fundación Lorin rinde homenaje a Marisha Lorin (1943-1993), una apasionada de las artes, Tánger y Marruecos, por si le interesa visitar un museo. Este museo, ubicado en una sinagoga de diseño ecléctico de la calle Tuahin, alberga una importante colección de imágenes, música, dibujos animados y documentos de principios del siglo XX en Tánger. Puede visitar este museo en horario de 11.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 17.00 horas.
Moulay Ismail fundó la Mezquita Mayor en 1684. Numerosas civilizaciones, entre ellas la romana, lo ocuparon, como demuestra el descubrimiento de los restos del capitolio en su interior. Con la ocupación portuguesa, también cambió su nombre por el de Catedral del Espíritu Santo. Frente a la Mezquita Mayor se encuentra una antigua madrasa renovada en el siglo XVIII. Descendiendo un poco descubrimos un maravilloso mirador con preciosas vistas del puerto.
En Bab el Bahr (Puerta del Mar), más adelante, nos topamos con el histórico Hotel Continental, el más antiguo de Tánger y de todo Marruecos. Nada más y nada menos que personajes famosos, como Ava Gardner y Winston Churchill, se alojaron en sus habitaciones. Desde que se rodaron allí varios episodios de la serie, y muchos, es una de las localizaciones que ha vuelto a ponerse de moda. Entre ellas se encuentran las de Ramiro fumando en pipa kif y cuadros que muestran algunos exquisitos palacios árabes.
La plaza Aisauas, situada a la izquierda del pequeño zoco, es otro lugar que merece la pena visitar durante su estancia en Tánger. En la calle Sbou, cerca de Oued Ahardan, se encuentra la famosa perfumería Madini, conocida por sus réplicas baratas y auténticas de fragancias y colonias populares. La familia que fundó el negocio y le dio nombre regenta esta perfumería. Entraremos en la Kasbah de Ben Raisul por su puerta principal, conocida como Bab el Assa (Puerta de los Centinelas), donde antiguamente se ejecutaba y torturaba a los prisioneros.
Atravesando esta plaza, llegamos a la plaza de la Kasbah, que alberga Dar el Majzen, el Museo de la Kasbah. Los martes de 13 a 16 horas, los viernes de 9 a 12 horas y los martes de 13 a 16 horas son días de visita gratuita. El edificio, antiguo palacio del sultán y construido por Moulay Ismail en el siglo XVII, se organiza en torno a dos patios enmarcados por columnas de mármol y arcos de azulejos que comunican con numerosos apartamentos, entre ellos el salón del trono. Los impresionantes techos de cedro y las paredes de estuco de esta mansión la han hecho muy conocida en Tánger y en todo Marruecos. Allí se encuentra el museo, que alberga arte y antigüedades de Marruecos. También se incluye una parte dedicada a la arqueología.
También merece la pena visitar la calle de las sinagogas (Cheikh el harrak), donde destaca la sinagoga de Massaat Nahom como la más significativa.
Nada mejor que el Boulevard Pasteur para comenzar el recorrido por esta magnífica zona de la ciudad. La Plaza de Faro, a menudo conocida como la Plaza de los Vagos, es donde empieza todo y alberga varios cañones de fabricación portuguesa. Las vistas desde esta plaza son preciosas. El Gran Teatro Cervantes está muy cerca. Diego Jiménez construyó la estructura modernista Art Déco en 1913. Los españoles dejaron huellas en la ciudad. En su calle principal se pueden encontrar todos los rasgos distintivos de Tánger y Marruecos: sus habitantes, señoras con pañuelo en la cabeza, otros turistas, balcones y una gran variedad de edificios. Con un solo paseo aprenderá poco a poco lo que se siente aquí.
El Café de París, situado en la plaza de Francia, es otro de los lugares emblemáticos de Tánger. Allí, según la leyenda, se reunían los espías de la Segunda Guerra Mundial.
Lo sorprendente de la plaza de la Alcazaba es que desde ella se ve claramente la bahía y la zona portuaria. No hay que perderse la puesta de sol desde allí. La mayoría de los atractivos de la ciudad se encuentran en el barrio de Marshan, que destaca por el encanto de sus calles y fachadas.
La necrópolis púnica, que consta de 98 tumbas, es la principal atracción de esta zona de la ciudad. Al borde del acantilado, más de 50 están talladas en la roca, ofreciendo unas vistas impresionantes del estrecho. Junto con artefactos romanos de varias épocas, también se han descubierto aquí herramientas de las tradiciones púnica y neopúnica. A finales del siglo IV d.C. comienza la última fase de ocupación de la necrópolis. una ubicación en lo alto de un acantilado con impresionantes vistas al estrecho. En la entrada se ven algunas columnas romanas. Podremos descubrir el famoso Café Hafa junto a este complejo de tumbas.
El opulento Hotel Minzah, construido en 1930 por el aristócrata inglés Lord Bute, es otro de los monumentos más destacados de la moderna Tánger. Uno de los edificios más antiguos de la ciudad, junto con el Hotel Continental. Solía ser un refugio para espías y gente notable de todo el mundo. Este hotel cuenta con hermosos jardines, una terraza con impresionantes vistas y elementos ornamentales de las culturas árabe e hispana. Al igual que el Hotel Continental, el Minzah ha servido de escenario para secuencias de la serie de televisión «El Tiempo entre costuras», en particular el encuentro entre Marcus y Sira en el cuarto episodio.
A unos 12 kilómetros al noroeste de Tánger, el centro de Marruecos, se encuentra el cabo Espartel. Si pasamos por allí, es uno de los lugares que no podemos dejar de ver. El océano Atlántico, de color turquesa, y el mar Mediterráneo, de un azul intenso, convergen en esta fantástica ubicación, ofreciéndonos unas vistas impresionantes. Cabo Ampelusia o Cabo de las Viñas eran nombres anteriores de Cabo Espartel. Aquí podemos observar el célebre faro que el cuerpo diplomático de Tánger erigió en 1865. Sus alrededores son extremadamente frondosos y están cubiertos principalmente de alcornoques y jaras debido a la elevada humedad de la zona. Muy cerca se encuentran las magníficas Grutas de Hércules, cavernas naturales que el mar invade durante la marea alta. La ruta costera entre Tánger y Ceuta ofrece espectaculares vistas sobre el Estrecho, playas solitarias y pequeñas calas.
El castillo de Malabata, construido a principios de siglo, se encuentra en el cabo de Malabata y ofrece vistas del estrecho de Gibraltar y la bahía de Tánger. Con sus campos y fábricas de conservas de pescado y garum, la diminuta ciudad romana de Cotta comunica al turista curioso la forma de vida de los primeros años de nuestra era.
Desde Rabat, la ciudad está a sólo cinco horas en tren. Si viaja a Tánger desde España en lugar de Marruecos, el ferry le acercará a la ciudad.
En cuanto al transporte aéreo, el aeropuerto de Tánger es el cuarto más transitado del país y cuenta con excelentes conexiones con aviones internacionales (Royal Air Morocco, Iberia y Air France).
En barco: En última instancia, tendrá que embarcar en un ferry si volar no es lo suyo o si desea viajar a Tánger en coche, tren o autobús. La opción más barata es viajar a Algeciras, en el extremo sur de España, y cruzar el Estrecho de Gibraltar en barco. Debe elegir entre viajar a Ceuta en España o a Tánger en Marruecos después de salir de Algeciras.
También hay barcos disponibles desde Sete (Francia), con un trayecto de 36 horas. También hay una línea que va de Almería (España) a Nador y Melilla.
En Tánger, como en el resto de Marruecos, se puede cenar bastante bien y a precios asequibles. La mayoría de los lugareños frecuentan los pequeños restaurantes que venden bocadillos y platos variados. Aparte de estos son:
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